Aquello que nos separa de un lugar determinado del vasto universo, siendo motivo, a veces, de nostalgia, de sufrimiento, de separación, preocupación y desasosiego.
Es el espacio comprendido entre la tierra y el sol, entre el norte y el sur, el oriente y el occidente. Podemos medir la distancia a nivel geográfico, espacial o marítimo. Pero existen otras distancias que van mas allá de la luna o las estrellas. Son las distancias del alma y del espíritu cuando se encuentran separadas de su Creador.
Esta distancia produce indecible dolor y tristeza, priva al hombre de los más grandes goces y satisfacciones, le deprime y le desespera, le hace andar sin rumbo y sin objetivo. Lo hace estar frustrado y sin un horizonte determinado.
Tal vez las mayores distancias y las que producen mayor dolor, son aquellas que se dan a nivel familiar. Distancias entre esposos, entre padres e hijos, entre hermanos y demás parientes cercanos.
Estas son dadas por el egoismo, la incomprensión, el odio, la amargura, los celos, la infidelidad, la dureza y la falta de amor.
Nos preguntamos ahora: ¿Cómo salvar estas distancias?
Existen mil maneras recomendables:
- Estableciendo un sistema de dialogo adecuado
- Siendo mas comprensivos
- Aprendiendo a perdonar
- Buscando más la presencia del Señor Jesucristo
- Reconociendo nuestras faltas
- Enmendando los errores
Así que, distancia no es solo aquella que se observa en el infinito espacio sideral, en el anchuroso mar o en el lejano desierto; sino también, aquella que mide los sentimientos, los afectos y las emociones de todos los humanos.
Hoy mismo podemos empezar a acortar distancias, cultivando selectas amistades, oxigenando nuestro espíritu con buena enseñanza de la Palabra de Dios, mediante la lectura de buenos libros de cultura general, a través de una oración profunda y sincera, conociendo nuevos lugares y personas, investigando sobre nuevos temas, aprendiendo nuevas tecnologías o manejando y aprovechando bien las que ya tenemos.
Autor: Pastor Gabriel Alvarez. En sus momentos de meditación e inspiración.
Edición y transcripción: Ledy Giraldo.